Déjense bajar después de subir (el San Cristóbal)

Publié le par Martin

andar-en-bici.JPGComo un viaje atrás en la infancia común de Ana y Cote, subimos el San Cristóbal, cagados de calor, con una obra unleída de Foucault en la bolsa, por si acaso, nunca es tarde para la cultura, atravesamos Recoleta, Pio Nono, que nombre extraño, un poquito más difícil de pedalear, los cambios que disfuncionan, igual hay que subir, es más entretenido, subir y bajar de repente, tener una primera idea de lo que me espera, la aceleración, pero no dejarla venir, será el postre
Claro lo hicimos para bajar después, no más, es lo mejor dice Ana, cierto, pero sólo después de subir, sacarse del algodón santiaguino, ya no estamos en la ciudad, sino en la isla de los niños perdidos, de los asados interminables, de los turistas brasileños, de los funicularios con franceses de Grenoble, que se ponen a hablar de los funicularios de Grenoble, o será de Lyon, no recuerdo
de las quemaduras temidas, sin bloqueador, qué xuxa va a pasar
de las sucettes que salen de no sé donde xuxa, que rico el sabor, otro recuerdo infantil, mi madeleine à moi
subir todavía, los kilómetros son cada vez menos, se agotan 
la cumbre, las cadenas, el lugar especial con concreto en cuantidades impresionantes (los helicópteros son bien útiles, pensé. después pensé que no, no en helicoptero, wn) y una vista tremenda sobre un sector de la ciudad, el sector poniente, o tal vez oriente 
poniente, si po, obvio el sol se iba p'allá
fotos del funiculario, que no resultaron, un casi contacto brasileñofono, y empezó la bajada, a un misterioso mirador, para mirar 
damos vueltas, seguimos dando vueltas, siguen dando vueltas, sigue dando vueltas, sigo dando vueltas, sigues dando vueltas en mi cabeza, vueltas
y no encontramos el mirador, adivinen de quien fue la culpa, aj
nos dió tiempo para dar más vueltas, sacar más fotos, prepararnos a la terribla bajada adelante,
andar-en-bici-2.JPGbajamos al fin, frenar de repente, por si acaso, nubes de polvo involun tarios, lo siento mucho,
seguir un auto y darse cuenta de su velocidad cuando este desacelera llegando a una curva,
llegar abajo y de nuevo tener que pedalear para avanzar, hay que aguantar,
pedro de valdivia, a quien se le puede ocurrir crear una ciudad acá,
al borde de un río moribundo, andar en bici, más lentos que este tipo con una mini bici, tan linda, tratar por dos segundos de calcular si el tamaño de las ruedas influye en la rapidez - abandonar al tiro,
pasar por merced para visitar al padre de Ana... y sus empanadas, pero ya cerró, las empanadas se fueron, el papá todavía no,
son las diez y la misa ya terminó, los documentales del forestales empezaron y las ganas son del cariño de una ducha caliente
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C
la bajá, lo mejor
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